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Un motor de combustión interna necesita aire para funcionar. La misión del filtro es que en la cámara de combustión sólo entre aire limpio al motor. Pero en el ambiente flotan numerosas partículas en forma de polvo. Su concentración en el aire depende de muchos factores, como las condiciones meteorológicas y medioambientales, el estado del asfalto o la densidad del tráfico.
Cada filtro ha de estar adaptado al tipo de motor y a su sistema de admisión. De ahí la diversidad de nuestros productos, con cientos de formas y tamaños, pero con una característica común: La calidad que garantiza la seguridad de su función, incluso cuando se cambia por enésima vez el elemento filtrante.

El papel filtrante es diseñado cuidadosamente en todas sus características (espesor, rigidez, longitud y composición de fibras y tamaño de poros) para conseguir la máxima eficacia, incluso separando partículas de tamaño microscópico.